Crecimiento económico y trabajo decente

Objetivos: Compartir las buenas prácticas en emprendimientos colectivos, promoción de las cooperativas, experiencias de intercooperación y de finanzas éticas, como fórmulas para estimular el trabajo decente y la redistribución de la renta

Destacado en la intervenciones:

En este eje las intervenciones han ido enmarcadas a visibilizar y exponer experiencias, iniciativas, trabajos, proyectos…, que se estén abordando desde la economía social respecto a los ODS.
Ha interesado resaltar en este eje las experiencias y/o resultados de investigaciones que se refieren a las experiencias exitosas en torno a un crecimiento económico más humano, sostenible y desde la dimensión del trabajo decente en el ámbito de la economía social iberoamericana.  Han destacado en este eje la visualización de experiencias en emprendimientos asociativos, fórmulas para promover las cooperativas, estrategias de intercooperación y el papel de las finanzas éticas.
Mientras la economía mundial continúa recuperándose presenciamos un crecimiento más lento, un aumento de las desigualdades y un déficit de empleos para absorber la creciente fuerza laboral. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2015 hay más de 204 millones de personas desempleadas.
En estos tiempos de crisis e inestabilidad, la promoción de la economía social y solidaria, dentro del marco del Programa de Trabajo Decente, es una forma eficaz de promover la justicia social y la inclusión social en todas las regiones.

  • El acceso fiable al agua para la población en general y para la agricultura.
  • Erradicación de la pobreza, el desempleo, la infraestructura insuficiente y la degradación del medio ambiente.
  • Empoderamiento energético.
  • El empleo pleno y productivo y el trabajo decente.
  • La desigualdad salarial por razón de sexo.
  • El desempleo entre los jóvenes.
  • La eliminación de todas las formas de trabajo infantil.
  • La formalización de la economía informal
  • Los emprendimientos, las microempresas y las pequeñas y medianas empresas.
  • La protección de los derechos laborales y la promoción de un entorno de trabajo seguro.
  • Empoderamiento energético.
  • Promoción de la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición.